Me llamo Charlotte. Tengo seis años, casi siete. He hecho la cuenta y, hasta ahora, he vivido 2427 días. No la hice yo sola. Seis por siete a veces se me atasca, así que le pedí ayuda a Colin. A cambio tuve que darle un trocito del chocolate de mi merienda. Tengo que escribir mucho porque pronto me llamaré Payasa y luego Maga y, cuando tenga 3285 días, me quiero llamar Frigo. Cuando llegue ese momento, ya nadie me reconocerá, porque habré cambiado…
Charlotte, con sus casi siete años, empieza a escribir sus memorias. Le encanta cambiar de nombre, abrazar a su hermano, liberar grillos o inventar palabras. Su padre trabajaba diseñando motores para aviones, aunque ahora recoge chatarra. Su casa le parece un camping con colchones, montañas de ropa y juguetes por todas partes. Cuando su madre enferma, Charlotte adopta el nombre de Payasa y se propone cuidar a sus padres. Más tarde, dispuesta a modificar el rumbo de los acontecimientos, se llamará Maga. Y aunque las magas no siempre pueden cambiar las cosas, al menos pueden pedir deseos.
Como fotografías de un álbum familiar, las ilustraciones de Clara Encinas acercan los protagonistas de la historia a los lectores y lectoras revelando detalles significativos de sus vidas cotidianas.
Aspectos destacados
• La vida cotidiana, o no tanto, a través de los ojos de una niña.
• Una narración intimista con una ilustración de extraordinaria sensibilidad.
• Una historia de familia, convivencia y solidaridad.
Consuelo Vercher
1º Premio de Innovación Educativa – Embajada de Francia – España
1º Premio Letras Galegas “María Mariño” – Xunta de Galicia- España