Disfrutaba jugando a ser profesora, para poder mandar a todas mis muñecas y osos. Me ponía los tacos de mi mamá para que sonaran mientras caminaba por mi sala imaginaria. También me llenaba de pulseras que chocaban cuando movía las manos explicando la materia.
“Me costaba salir de la cama que estaba tibia por las mañanas (…) Camino al colegio iba saltando los pastelones y evitando pisar los bordes”, dice esta niña en este relato en el que cuenta su rutina diaria: desde que se levanta, toma desayuno o camina al colegio, pero también de sus juegos, emociones y temores. Es un libro de formato amplio lleno de ternura, sensibilidad y humor con lo que a ella le gusta y lo que no, lo que la entristece o la enfada, lo que sueña y lo que teme. Una historia que trata de las pequeñas cosas cotidianas que forman parte de lo que somos. Los pequeños lectores se sentirán comprendidos y conectados con sus propias experiencias, mientras que los adultos se llenarán de recuerdos conmovedores.
Aspectos destacados
• Los niños podrán identificarse y verse reflejados con mucho humor.
• Una manera de ponerle nombre a las emociones.
• Conecta a generaciones.
Leo Ríos
2008 – Premio Nacional Mejores Obras Literarias a la literatura infantil y juvenil (Chile)