
Un día los cuentos desaparecieron del pueblo. Se dieron cuenta porque los libros estaban en blanco, porque las abuelas callaban cuando intentaban contar historias a sus nietos, porque algunas personas habían olvidado sus recuerdos. Buscaron por todas partes, pero fue en vano. Entonces cundió la desesperación, porque en un pueblo puede faltar trabajo, días soleados, canciones en la radio, pero nunca historias.
Se enteraron de que un gigante se había llevado todos los cuentos. Aunque todos querían recuperarlos, sólo la mayor de las abuelas y una niña pelirroja se atrevieron a intentarlo. Tuvieron que atravesar bosques, enfrentarse a animales que nunca habían visto y caminar día y noche para encontrar al responsable de la desaparición de los cuentos. Pronto descubrieron que el gigante no era tan malo y que sólo quería saber qué se sentía al tener una historia, porque nunca nadie le había contado una.
Un relato sobre empatía, valentía, aventuras y perseverancia para comprender que las historias no tienen dueño, sino que son de todos.
Aspectos destacados
• Una obra que subraya la importancia que tienen las historias para las comunidades, la cultura y los individuos.
• A través de sus dos protagonistas femeninas de edades diferentes, aborda los estereotipos de género y etario que suelen asociarse a los personajes masculinos.
• Nos recuerda lo importante que es hacer cosas por los demás y que todo lo que hacemos puede tener resultados significativos.
• Recupera la práctica, un tanto olvidada, de contar a los niños un cuento antes de dormir.