Doña María había traído los manteles, se quedó escuchando y luego dijo:
—En el pueblo se dice que están pasando cosas extrañas en el campamento. Yo les he dicho que son juegos de niños, pero algunas personas rumorean que tal vez haya una maldición en el aire.
Los niños y niñas se estremecieron. La voz de doña María parecía seria y profunda.
—No los asuste, doña María —dijo Lola, quien trató de parecer alegre y despreocupada—. La gente siempre habla por hablar.
—Pero es verdad —insistió la mujer—. El padre Luis estaba preocupado; nunca nadie había robado ni las monedas de la colecta y ahora se meten de noche y sacan un crucifijo antiguo que aparece en un animita en la montaña. Eso no es juegos de niños, no señor.
Diego y Pablo van a un campamento para niños en las montañas. Cada noche, se reúnen alrededor del fuego para contar historias de terror que, extrañamente, parecen cobrar vida al día siguiente: se encuentran señales que asustan a los niños. Los primos, junto a su nueva amiga Cósima, intentarán resolver el misterio.
Aspectos destacados
Beatriz García-Huidobro
1997 – Finalista en el premio Sor Juana Inés de la Cruz, FIL Guadalajara