Pablo y Diego comentaron que les extrañaba que el abuelo estuviera tan tranquilo después del robo. La gente se alteraba mucho cuando entraban a sus casas y se llevaban algo valioso. O si les arrebataban la billetera o el celular en la calle. En cambio a Mirko, a quien le habían robado
una gran cantidad de plata, el ánimo no le cambiaba para nada. De hecho, conversaba con Óscar
como si fuera un día normal.
—Es raro —comentó Diego.
—Como que no quisiera que investiguen —agregó Pablo.
—Nosotros vamos a descubrir al culpable. Sea quien sea.
Diego es invitado por su abuelo a conocerse en su casa de la Patagonia chilena. El deseo del abuelo es recuperar la relación perdida con Diego, quien comenzará a crear un vínculo afectivo con las tierras de donde proviene. Tras un atraco en casa del abuelo surge un misterio al estilo de esos victorianos en los que nada es lo que parece. Y aunque la inmensa e indomable naturaleza cautiva a los primos, no descansarán hasta descubrir al verdadero culpable y motivo.
Aspectos destacados
Beatriz García-Huidobro
1997 – Finalista en el premio Sor Juana Inés de la Cruz, FIL Guadalajara